En esta existencia, desde el cuerpo que me acoge, he explorando los territorios de Abya Yala y Europa. Siempre extranjera, incluso en mi propia tierra.

Mi ombligo es de Chile, y mis ancestros, diversos en colores y culturas, trazan un camino desde Italia hasta los Aymaras. Agradezco a todos ellos por sus compañías y por los genes mutables y evolutivos que habitan en mí.

Hoy, mis ríos de vida fluyen en Iximuleu, tejiendo en lo etéreo y lo tangible en diversos continentes.

Desde siempre, he observado con las esquinas de mis ojos lo que no se ve. La solitud como compañera me enseñó a dialogar con el mar, los árboles, los volcanes y los pájaros. Me he permitido ser acariciada y susurrada por los vientos de todos los lugares.

Desde niña, he amado esta tierra por su sabiduría que me deja volar y surcar estrellas, despertando mi corazón a la plenitud y la magia.

También sé que tengo la dicha de que mi camino me encontró a los 19 años, y es un camino que amo con toda mi existencia. Lo comencé con formaciones ancestrales, guiada por maestras y maestros, seres de amor y conexión con lo sagrado y eterno de la vida.

Con el tiempo, han ido apareciendo mis herramientas: Yoga, Danza, alimentación consciente, hierbas, Teatro, Música, Canto, juego, técnicas energéticas, kinesiología energética. He creado mis propias metodologías de trabajo en educación, energía y expresiones artísticas.

No puedo olvidar que amo acompañar a las personas en la exploración de sus sueños y propósitos vitales, entre otros tantos regalos que siguen llegando y que, hace algunas décadas, he tenido el privilegio de compartir con tantas personas de tantos lugares.

Así es como he ido trazando en mi corazón un territorio invisible de amor y vida, un espacio de agradecimiento, pues he tejido un camino hacia la salud, el equilibrio energético, los cambios vitales, el gozo y la creación. Lo he hecho de todas las formas posibles: individualmente, en comunidad, en grupos, en círculos, siempre respetando la unicidad de la energía de cada ser en libertad y alegría, porque amo la naturaleza humana y su potencial de crecimiento y autosanación.

Hoy, más que nunca, sigo en proceso de deconstrucción de mi formación para empoderar a las personas en su capacidad de cambio y sanación. De esta manera, sigo tejiendo la energía de nacimiento que me ha llevado a la inspiración de ser quien soy cada día.

Y no puedo dejar de mencionar que he dado vida a dos hermosas mujeres que me acompañan en mi nido, y juntas vivimos al ritmo del latido de la tierra, entre volcanes, en el valle de Panq’am, Antigua Guatemala. Un poco de todo esto soy.

• Licenciada en Danza de la Universidad de San Carlos

• Kinesióloga energética y alineadora energética

• Instructora y Evaluadora Internacional del Colegio Internacional de Kinesiología (IKC)

• Profesora lúdica y de artes escénicas.

• Profesora de yoga y ejercicios orientales de conexión y relajación.